En agosto de 2022, Estados Unidos promulgó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que fue respaldada por el Congreso y el Senado de los Estados Unidos, para su implementación en enero de 2023.
El proyecto de ley cubre una amplia variedad de temas, incluida la atención sanitaria, los impuestos corporativos y la legislación relacionada con la energía. En particular, el proyecto de ley tiene como objetivo construir una nueva economía verde mediante la concesión de subsidios y créditos fiscales a las empresas que fabrican con piezas locales o producen en los EE. UU. a partir del 1 de enero de 2023. Para los productos manufacturados, como paneles solares, inversores y equipos eléctricos, los productos deben ser inicialmente 40% fabricados en los EE. UU., aunque este porcentaje aumentará en el futuro.
En concreto:
- -Se otorgará una bonificación fiscal a los compradores de vehículos eléctricos nuevos que hayan sido ensamblados en Norte América. Además, se incluyen limitaciones sobre el origen de los minerales críticos utilizados en las baterías de estos vehículos, así como el mandato de que una parte específica de los componentes de estas baterías debe fabricarse o ensamblarse en Norte América.
- -Del mismo modo, los proyectos de energía solar elegibles para el crédito fiscal del 30% podrán aumentar su crédito fiscal en un 10% adicional, a 40% en total, mediante la compra de hardware producido en el país. Según el documento, el 100% del acero y el hierro deben ser fabricados en los Estados Unidos.
Ante esto, la Unión Europea ha expresado su preocupación por el hecho de que el plan estadounidense de subvenciones y exenciones a empresas coloca en desventaja a sus competidoras europeas y en octubre de 2022, se creó un Task-Force US-EU sobre IRA pilotada por la Comisión Europea.
Así, en el debate celebrado en el Parlamento Europeo el 14 de diciembre las intervenciones se centraron en los efectos negativos que tendrá el IRA sobre las empresas europeas, así como en las potenciales respuestas de la UE.
A la Comisión Europea le preocupan particularmente tres aspectos: la lógica «Buy American», que sustenta gran parte del IRA; las exenciones fiscales, que podrían dar lugar a discriminación; y las subvenciones a la producción, que podrían perjudicar a las empresas europeas. Para abordar estas cuestiones, la presidenta de la Comisión ha esbozado cuatro líneas de actuación principales:
- · ajustar las normas europeas para facilitar las inversiones públicas nacionales en la transición. Esto pasa por hacer que las normas sobre ayudas estatales sean más sencillas y rápidas en los próximos años y cerrar la brecha existente para centrarse en toda la cadena de valor de los sectores ecológicos estratégicos, incluida la implantación a gran escala y el acceso a las materias primas.
- · reevaluar la necesidad de una mayor inversión pública europea en la transición. No todos los Estados miembros tienen la misma capacidad para realizar inversiones a gran escala en sectores estratégicos, así que, para fomentar la tecnología limpia en toda Europa, se necesita financiación europea complementaria y para eso se acaba de aprobar REPowerEU. Sin embargo, se necesita una solución más estructural para que la industria europea siga liderando la transición ecológica. Por ello, la presidenta ha propuesto la creación de un Fondo Soberano para apoyar una política industrial europea común con una financiación europea común (para el hidrógeno, los semiconductores, la computación cuántica, la inteligencia artificial o las biotecnologías) y para los Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (PIICE).
- · trabajar con Estados Unidos para abordar algunos de los aspectos más preocupantes de esta ley. Se discute cómo reforzar conjuntamente la base industrial de energías limpias y los respectivos programas de incentivos. La producción y el procesamiento de algunas de las materias primas críticas que se necesitan con más urgencia están controlados por un solo país, China. Una de las posibles soluciones para superar este monopolio que tiene China sería, por ejemplo, crear un club de materias primas con Estados Unidos y con otros socios con el objetivo de tener fiabilidad, transparencia, condiciones justas, valor que se quede en el país donde se extraen estas materias primas.
- · acelerar aún más la transición europea hacia la energía verde. Todas estas acciones anteriores sirven de puente hacia las renovables. Por lo tanto, se necesita esta inversión ahora porque estas industrias y las PYME necesitan el apoyo ahora, hasta conseguir de nuevo un entorno energético que sea asequible, limpio y seguro.
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