La newsletter de esta semana la escribo desde el hospital.
Llevo unos días con fiebre alta, así que me he acercado al médico para que me vea y ha decidido ingresarme en observación. Me ha recetado un pijama de puntos que se ata por detrás y una dieta a base de sopa, pescado al horno y compota para los próximos dos o tres días.
En principio no parece nada demasiado grave. Las quinielas están tres a uno a que se trata de un virus que no son capaces de identificar y en un par de días para casa.
Y si no es eso, desde luego están haciendo todo lo que hay que hacer para encontrar la causa y ponerle remedio.
Maldita salud.
No nos damos cuenta de lo importante que es hasta que paras por un tema de salud. Ya sea tuyo, de tu pareja, de tus hijos o de cualquier persona cercana..
Ahí es donde realmente eres consciente de lo que es importante. Y, sobre todo, de lo que no lo es.
Porque cuando compartes planta con gente que está bastante más jxxxxx que tú, te das cuenta de que no puedes perder el tiempo.
El reloj está corriendo.
Tic, tac.
Y nadie se va a acordar de ti cuando ya no estés.
Ya seas el Director General de una empresa, el responsable mundial de no se qué área, el Director una Planta industrial o el responsable de un equipo de más 100 personas.
Puf. Desapareces y todo sigue igual sin ti.
Más o menos igual. Todo sigue.
Todo.
Preocuparse no sirve de nada. Así que lo mejor que puedes hacer es ocuparte en hacer todo lo posible para no perder el tiempo.
No dedicar ni un solo minuto a lo superficial. Y concentrarte únicamente en lo que merece la pena.
En la aspecto más personal, en disfrutar de tu familia. Cenar cada noche con tus hijos. No perderte los momentos importantes. Y disfrutar de sus éxitos, que serán los tuyos.
Al final del día, son los únicos que recordarán las noches y los fines de semana que no estuviste con ellos por el trabajo.
Y en la parte profesional, trabaja sólo con aquellos que realmente te aporten.
No es fácil identificarlos en un mundo donde todos ofrecen lo mismo. Cientos, miles de Powers points y presentaciones corporativas.
Todas iguales.
Pero sí que hay algunos rasgos que diferencian al grano de la paja.
Los buenos, suelen ser equipos que no se andan por las ramas. Seguros de lo que te proponen porque ya lo han hecho antes.
Que te dicen las cosas a la cara. Y no te esconden ningún tema porque pueda poner en riesgo el proyecto. Sino que te plantean el problema en cuanto lo descubren y te proponen una solución para resolverlo, porque tu problema es su problema.
Equipos comprometidos hasta la obsesión con la calidad y los resultados, porque ésa es su naturaleza.
Pero sobre todo, comprometidos contigo.
Así es como lo hacemos en DECIDATA.
Encantado de tener una conversación.
Iñaki Pertusa
Socio en DECIDATA