Existe un abismo entre el interés y el potencial que tiene la IA y su aplicación real.
Llámalo gap. Llámalo burbuja. Llámalo como quieras.
Pero es increíble el número de noticias, webinars, cursos y organizaciones que cuentan que están haciendo Inteligencia Artificial.
Y lo lejos de la Inteligencia Artificial que se encuentra la empresa media en el mundo real.
Así que si no estás aplicando la IA en tu empresa, puedes estar tranquilo. Estás dentro de la media.
Muy pocas organizaciones están aplicando los datos y la Inteligencia Artificial de forma exitosa en sus procesos. Menos aún son capaces de conseguir este éxito de manera recurrente.
Pero cuidado.
No creas que porque la gran mayoría esté igual que tú, puedes echarte a dormir.
La lectura debe de ser justo la contraria.
Porque los pocos que lo están haciendo bien están recortando distancias con sus competidores a marchas forzadas. Algunos ya son líderes y están ampliando la ventaja con los que vienen detrás.
Transformando sectores completos y creando «océanos azules»
Una ventaja que en un mundo tan cambiante puede ser la diferencia entre la desaparición o el negocio rentable.
Te voy a dar una buena noticia.
Si eres una Pyme tienes una gran ventaja respecto a la gran empresa. Posiblemente sea la única tecnología en la que la Pyme parta de una mejor posición respecto a compañías de mayor tamaño.
Porque si eres una Pyme nadie conoce mejor tu negocio que tú. Ningún consultor con traje, zapato de piel y reloj caro te va a descubrir los problemas que debes atacar en primer lugar.
Además, nadie tiene que convencerte de la necesidad de transformar tus procesos. Porque cada día te enfrentas a un clientes exigente que te obliga a mejorar. O el mercado te pasa por encima.
Y no, la inversión que necesitas dedicar a la IA para empezar a trabajar no es tan importante como para hipotecar tu presupuesto del año.
Así que no tienes excusas.
Salvo que en tu plan estratégico hayas escrito que este va a ser el último plan estratégico de la compañía.
Entonces sí.
No hagas nada.
Deja que los demás marquen el ritmo. En España siempre hemos sido buenos copiando. Que inventen otros.
Todo bien.
Pero luego no vale echarle la culpa a la tecnología para justificar que solo podemos competir en precio, sol y cañas baratas.
O esperar que la regulación convierta tu sector en una burbuja aislada de un mundo globalizado.
Menos aún con compañías procedentes de cualquier parte del mundo dispuestas a implantarse en la nave de al lado. Y competir contigo con una tecnología que podrías estar desarrollándola tú.
Encantado de tener una conversación.
Iñaki Pertusa
Socio en DECIDATA