La iniciativa, promovida por las principales asociaciones empresariales de Bizkaia, busca mejorar la competitividad a través de las personas.
EkinBarri es el proyecto que, desde hace cuatro años, promueven las principales asociaciones empresariales de Bizkaia para mejorar la competitividad de las empresas a través de la optimización de las relaciones de las personas. Se trata de transformar la compañía mediante una mayor participación de las personas. La iniciativa ya se aplica en 40 empresas vizcaínas, pero a nivel de sensibilización ha llegado a 2.000.
“Es un proyecto pensado en el futuro de las empresas y cuyo foco principal son las personas. Tiene una doble mirada, competitividad y personas”, explican Marta Martínez, responsable de Emprendimiento y Gestión de Personas de la patronal Cebek y Jorge Petralanda, responsable de Organización e Innovación de la Federación vizcaína de empresas del metal.
La iniciativa, lanzada con el apoyo del Departamento de Promoción Económica de la Diputación de Bizkaia, pretende preparar a las empresas para el futuro. “Tenemos que ser más innovadores y la capacidad de crear depende de las personas”.
Los promotores señalan que uno de los factores críticos en las compañías es generar un entorno saludable y constructivo de trabajo. “Se trata de permitir esa expresión de talento y que aporte al proyecto empresarial”. Por eso, EkinBarri se basa en cinco pilares: las personas, confianza, compromiso, innovación y sostenibilidad.
Nuevo estilo de líder
El proyecto persigue un nuevo estilo de líder empresarial, “que da más pie a participar a los trabajadores. Se salta de manager al líder, que pasa por un proceso de aprendizaje. Es un modelo adaptable a las organizaciones, con el objetivo de hacer más partícipe a la organización. Se enseña a manejar la complejidad humana y la parte de futuro, de cambio.”
EkinBarri es una apuesta a largo plazo. “Pero la confianza, igual que se pierde, se gana. Lo primero que tiene que cambiar es la dirección o el equipo Ekinbarri, que se suele constituir por la propia dirección y personas que impulsan la transformación interna”.
Los promotores hicieron un proyecto piloto para testar su validez independientemente del tamaño o la actividad de cada empresa. “Y comprobamos la bondad de la iniciativa. Es muy útil en momentos de crecimiento, relevos generacionales, consolidación de proyectos emprendedores, etc. Es muy útil en empresas donde hay problemas y que se pueda mejorar”.
Reconocen que es un modelo que cuesta ser adoptado por la empresa, “porque se entra en las tripas de la compañía, pero el objetivo es mejorar la competitividad. Ya nos consideramos una aceleradora del cambio empresarial”. El éxito logrado en las 40 empresas que lo han implantado les ha convertido en prescriptoras de la iniciativa hacia otras compañías.
“Tenemos una herramienta digitalizada que nos permite un feedback de cómo evoluciona en tiempo real, el impacto que tiene de todo lo que vas trabajando”.
Vía SPRI