Zenón Vázquez: “Uno de nuestros retos como País es ayudar a que las empresas industriales ganen tamaño”

Zenón Vázquez.

El director general de Elkargi pondera el compromiso de una entidad con 42 años de trayectoria que en lo peor de la pandemia garantizó casi mil millones de euros para financiar 9.000 proyectos en Euskadi.

Elkargi es uno de los principales agentes empresariales de Euskadi, una entidad financiera, que no un banco, empeñada desde hace 42 años en crear valor para las empresas. Actualmente , cuenta con 22.250 firmas asociadas y en tiempos de pandemia, especialmente en los primeros meses del estallido, financió con casi 1.000 millones de euros a más de 9.000 proyectos empresariales, lo que facilitó el mantenimiento de 150.000 empleos. Su director general, Zenón Vázquez, repasa para Grupo SPRI el estado del tejido empresarial vasco en estos tiempos de incertidumbre y dibuja el escenario que se le presenta a la mayor Sociedad de Garantía Recíproca del Estado.

Desde un plano empresarial y con un 2021 marcado por la incertidumbre, ¿cree que el actual ejercicio estará igualmente marcado por la inestabilidad?

Quizá tengamos que seguir padeciendo una alta incertidumbre en la que se unen una pandemia no totalmente superada además de problemas de suministro, subidas de materias primas, de energía, inflación… Y cuestiones geopolíticas al rojo vivo. Desconozco si se trata de una especie de tormenta perfecta dentro de un periodo de grandes transformaciones estructurales pero se le parece. De modo que, por ahora, diría que no nos queda más remedio que seguir trabajando bajo este paraguas de incertidumbre global.

¿De todo ese escenario de incertidumbre, que es realmente lo que más preocupa el tejido empresarial vasco?

La preocupación por parte de las y los empresarios, a quienes nosotros nos debemos, muchas veces se centra sobre todo en el corto plazo, ante la necesidad de dar respuesta inmediata a los problemas que presente esta coyuntura tan volátil. No olvidemos que, además, nuestro tejido empresarial está formado fundamentalmente por pymes de realidades diferentes. Ellas tienen sus limitaciones y debemos estar a su lado. Ser capaces de acompañarlas a la hora de llevar a cabo grandes transformaciones.

Las urgencias del día a día suelen provocar déficits a la hora de otear el medio y largo plazo. ¿Cómo conjugan esta necesidad en Elkargi?

Como digo, gestionar la incertidumbre es importante en una situación en la que la industria, que tiene un peso muy importante en nuestro tejido empresarial, está impactada en muchos casos por un altísimo precio de la energía y unas dificultades de competir a medio largo plazo muy intensas. Por eso hoy más que nunca hay que ser capaces de mirar también hacia el largo plazo, algo que a veces no suele resultar sencillo debido a que, muchas veces, las tensiones diarias del corto nos lo impide.

En los peores momentos de la pandemia, allá por el verano de 2020, pusieron a disposición del tejido empresarial vasco mil millones de euros que ayudaron a financiar 9.000 proyectos. La lógica financiera dice que en los próximos meses tocará empezar a devolverlo, pero quizá la coyuntura no ayude.  ¿Tienen pensado demorar o adecuar el período de carencia de los préstamos para evitar un problema de tesorería aún mayor en las empresas que los solicitaron? 

En colaboración con el Gobierno vasco trabajamos el pasado año en esta línea, ampliando los periodos de carencias y los programas COVID, que tenían una carencia de un año y un vencimiento de cinco. Pues bien, fruto de esa adecuación a los tiempos y las circunstancias, las condiciones se modificaron, pasando a tener dos años de carencia -aún no se ha cumplido- y ocho años de vencimiento. Ante esta coyuntura tan volátil que describía ahora estamos anticipándonos a posibles dificultades financieras.

Repasando algunas de sus actuaciones en el pasado como en 2008 con Lehman Brothers o la actual pandemia, además del resto que no han tenido tanto impacto público, ¿tiene la sensación de que son una especie de salvavidas al que uno se agarra solo cuando vienen mal dadas?

No. Diría que no pero si las empresas solo nos utilizan como salvavidas es que no estamos haciendo bien las cosas. Creo que Elkargi está, y en ello trabajamos desde hace 42 años, para ayudar a que las pymes, autónomos y empresas de gran tamaño afronten el futuro con garantías y con una estructura financiera más sólida. Ha habido crisis y vendrán nuevas crisis, por eso nuestro gran objetivo seguirá siendo estar a su lado para ayudarles a fortalecer su estructura financiera. Por eso insisto en que contar con nosotros solo en un momento de crisis quizás pueda ser un error, pues sinceramente creo que también podemos aportar mucho valor a las empresas, desde la formación, la gestión, el asesoramiento… Queremos hacer llegar este mensaje a las empresas.

Son una Entidad Financiera, pero no son un Banco… ¿Qué les diferencia de la banca tradicional? 

Quizá la primera diferencia es que las dueñas en este caso son las propias empresas. Al final nuestro capital social lo forman esas más de 22.500 empresas, principalmente. Somos una entidad financiera sin ánimo de lucro y regulada por el Banco de España, de ahí que nos guste decir que trabajamos las finanzas con valores…

¿A qué se refiere? 

Creemos que a la parte financiera, quizá, no se le ha prestado toda la importancia que debería a lo largo del tiempo. Puede que la particular idiosincrasia de la empresa vasca, de corte muy industrial y muy ligada al producto, la producción y la ingeniería, haya influido en ello. Esta parte es fundamental, sin duda, pero quizás la función financiera no haya tenido el reconocimiento que debería. Creemos en este sentido que ninguna empresa es sostenible en el futuro si no es sostenible económicamente y para eso hay que hacer y gestionar las finanzas de una manera diferente a como se hacía hace 20 años.

¿Si Elkargi no ha gestionado hasta la fecha más créditos COVID es porque en Euskadi no hay proyectos suficientes? 

Siempre hemos sido una sociedad emprendedora. El año pasado financiamos y ayudamos a más de un centenar de emprendedores, por lo tanto, proyectos existen. Nuestros volúmenes de formalización, además, que es el equivalente a la cifra de ventas de cualquier empresa, ha crecido casi en un 50% en los últimos tres años, lo que quiere decir, insisto, que existen proyectos y nosotros estamos ahí para ayudar a las empresas a asumir esos proyectos de emprendimiento y esas nuevas líneas de negocio para crecer. Ahora, incluso, estamos con un producto a tipo 0% y sin comisiones para el emprendimiento y crecimiento industrial. Queremos acompañar al tejido en su crecimiento.

El tamaño como factor competitivo… 

¡Eso es! Creo que ésa cuestión, la del tamaño, es uno de los grandes retos que tenemos en Euskadi, hacer nuestras empresas, especialmente los industriales,más grandes. El tamaño en este caso importa y ahí tenemos que trabajar mucho en el corto y medio plazo sin desviarnos y sin perder de vista la parte financiera.

¿Veremos a Elkargi con sede propia en Madrid?

Somos de aquí, nuestra sede está aquí y así seguirá siendo. Otra cosa es que, como Elkargi, también necesitamos crecer para ser sostenibles y ayudar cada día a más empresas. Para eso el crecimiento es importante si queremos poder volver a estar junto a las empresas otros 20, 30 ó 40 años más. Hace un lustro nos planteamos la posibilidad de crecer con una delegación en Madrid y en los primeros años no se llevó a cabo, pero el año pasado se dio el paso y pudimos arrancar.

¿Y hay expansión internacional en el horizonte?

Más que una expansión internacional diría que lo que necesitamos es saber es qué se hace a esos niveles. Desde ese punto de vista entramos a participar con más intensidad en AECM que viene a ser la Asociación Europea de SGR y que reúne las principales Sociedades de Garantía Recíproca a nivel europeo. De hecho, como Elkargi ostentamos la vicepresidencia y esta posición nos permite estar a la última de lo que están desarrollando otras entidades como la nuestra en Europa o en Asia, y eso es muy importante para estar al día y seguir aprendiendo. Lo que no se mide no se puede mejorar.

Vía SPRI