Nerea Peña, fundadora de Welmex, ofrece desde hace tres años servicios ‘llave en mano’ a empresas que deseen instalarse en el estado azteca/SPRI
Nerea Peña es una abogada bilbaína de 30 años formada en Madrid, París y China, entusiasta de los retos, los idiomas (habla hasta cinco, incluido el chino) y acostumbrada por puro gozo personal a resolver problemas. Quizá por eso hace tres años, una vez terminado un proyecto en México que lideró para la firma vasca Urbegi, decidió quedarse allí y fundar en Querétaro su propia empresa, Welmex, una consultoría enfocada fundamentalmente a los servicios llave en mano para empresas industriales que deseen instalarse en suelo mexicano. “Somos su persona de confianza en este país”, resume la joven empresaria.
¿Por qué México?
Surgió la oportunidad de la mano de otra firma vasca como Urbegi, con la que participé en un proyecto de alto compromiso social para aportar soluciones competitivas y de alta calidad a empresas a través de una vía que generaba oportunidades de empleo para personas en situación de vulnerabilidad. Eso me permitió conocer el país, que me gustó muchísimo. México es un país en efervescencia permanente, tremendamente dinámico y en el que pasan muchas cosas. Y como a mí me gusta estar en los lugares en los que hay mucho movimiento, no solo de tierra, que también (risas), pues aquí sigo seis años después.
México tiene mala prensa…
Es cierto, pero también tiene cosas muy bonitas. No es un país en el que a lo mejor puedas caminar con normalidad por según qué lugares, como puede suceder aquí en Euskadi, pero si tienes cuidado y dos dedos de frente no pasa nada. Yo siempre digo que el sentido común debe imperar en este país. Lo que no hicieras en otro lugar tampoco lo hagas aquí.
¿Cuál es el modelo de negocio de su empresa?
Principalmente los servicios llave en mano, aunque el core bussines son las representaciones comerciales de empresas industriales extranjeras. Compañías a las que ayudamos a desarrollar y consolidar sus mercados, llevar su día a día, ser sus ojos y sus pies… Podría decirse que somos su persona de confianza.
Fundó la empresa hace tres años. ¿Cómo le van las cosas, se están cumpliendo las expectativas?
Las cosas marchan bien y están desarrollándose como esperaba. Evidentemente existen altibajos pero en líneas generales el resultado es de estabilidad y además estamos en fase de crecimiento, sobre todo a partir de empresas extranjeras. En nuestros comienzos el apoyo de las compañías vascas y estatales fue notable, entre otras cosas porque les pilló la crisis de lleno y necesitaban diversificar producto e internacionalizarse, pero de un tiempo esta parte, las empresas le han quitado el vértigo a salir fuera y hace ya tiempo que están abriendo los ojos en el sentido de que se han dado cuenta que su competencia ya no es el vecino que tiene enfrente, como sí ocurría en Euskadi hace años…
¿Con qué tipo de empresas trabajan?
Estamos abiertos a todo tipo de empresas, pero históricamente el perfil corresponde a las pymes de origen vasco. Industriales fundamentalmente, de sectores como el de automoción, aeronáutica y alimentación.
¿Influyen las relaciones personales en este país a la hora de hacer negocios?
La confianza se gana si cumples y no fallas, más o menos como en Euskadi. Es así de sencillo.
¿Alguna recomendación para no errar?
Ser honesto y coherente. En mi caso siempre digo que hemos de tener una capacidad de relación importante – es importante saber quién hace que las cosas sucedan-, tener compromiso y confianza.
¿Es México un país machista en el plano laboral?
No, no, al contrario. No al menos en mi caso. Nunca he sentido ningún tipo de rechazo o prejuicio por ser mujer y además joven cuando he visitado empresas, obras o proyectos. Nunca me he sentido ni de menos y ni demás. Siempre me he sentido muy respetada.
¿Cuáles son los principales problemas a las a los que se enfrenta una pyme al llegar a México?
La barrera más común que veo, independientemente de que sean pequeñas, medianas o grandes empresas, no son trabas derivadas de una entidad jurídica sino trabas casi sociales. Barreras que nos autoimponemos nosotros mismos al costarnos un montón tener paciencia o ser camaleónicos. Por nuestra forma de trabajar tenemos una inercia y unas expectativas que al llegar a un país como éste se ven detenidas o frenadas en seco…
¿A qué se refiere?
Llegas a México pensando que la gente de allí va a trabajar al mismo ritmo que tú lo haces o que está pensando en los mismos tiempos. Llegas pensando que las cosas se hacen igual que nosotros las realizamos en Euskadi y no, esto no es así. De modo que cuanto antes lo asumas menos te desgastarás. Y hablo por experiencia propia.
¿Tiene este país en estos momentos un problema de talento o falta de cualificación de personal como le sucede a Euskadi?
Yo creo que la gente no nace sabiendo y que la falta de cualificación profesional la tenemos todos hasta que empezamos a trabajar. Todos tenemos una curva de aprendizaje y todos aprendemos. Por eso digo que lo que tenemos que tener es ganas e ilusión por aprender; ganas de tropezarnos para volver a levantarnos después. Eso es lo importante. Una actitud positiva y un deseo por aprender de forma permanente.