Endika Martín, director de la Zona Norte del Grupo Eulen, destaca la “rápida” adaptación al entorno y a los clientes de este grupo vasco como claves de su éxito en tiempos de pandemia.
Grupo Eulen es un grupo industrial de referencia global y prestigio nacional en la prestación de servicios generales a empresas, instituciones y administraciones públicas, donde hace décadas que mantiene un liderazgo incontestable. Nacido, para la sorpresa de muchos, en el Bilbao de 1962, cuenta con una filosofía y valores que le han permitido en todos estos años seguir creciendo y diversificarse. Así, a día de hoy son 90.000 las personas que conforman su plantilla en todo el mundo, una “fuerza social” que el año pasado le permitió generar negocio por valor de más de 1.600 millones de euros, explica Endika Martín, director de la Zona Norte del grupo.
Con empresas, Grupo en este caso, como el suyo, donde el portfolio de negocio es tan extenso, ¿quizá la pregunta sería en qué no están metidos…?
Es difícil encontrar una actividad o un sector en el que no prestemos servicio y no estemos involucrados de alguna manera, esa es la verdad. Actualmente contamos con un porfolio de más de 60 servicios de las actividades de limpieza, seguridad, medio ambiente, servicios auxiliares, sociosanitarios, mantenimiento y de soluciones globales de recursos humanos y empleo. Además, estamos presentes en prácticamente todos los servicios de actividad de empresas y administraciones.
Un grupo tremendo que además, y esto es poco conocido, nació en Bilbao…
Así es. El fundador y primer presidente de la empresa fue David Álvarez, quien en 1962 recorrió la bilbaína calle Hurtado de Amézaga, tomando notas sobre el número y superficie de los escaparates de los comercios de aquella arteria para calcular en qué condiciones podría ofrecer a los comerciantes de la zona un mejor servicio -en precio y calidad- a la hora de mantener limpios sus escaparates. Después presentó a los comerciantes las correspondientes ofertas, que tuvieron extraordinaria acogida y se extendió la actividad a las calles adyacentes y pronto a todo Bilbao y a sus alrededores. Todo ello, bajo el nombre de Central de Limpieza El Sol. Es así como hemos ido desarrollando servicios innovadores y que se adaptan a las necesidades de nuestros clientes.
¿Cuál es su presencia en estos momentos en Euskadi (personal, sedes-oficinas…) y sus principales nichos de actuación?
En la actualidad somos cerca de 3.300 los colaboradores y colaboradoras que trabajamos en Euskadi en nuestros diferentes clientes. Desde la limpieza en los edificios de la Diputación Foral de Araba, los mantenimientos e instalación de puntos de recargas de vehículos eléctricos, la seguridad de centros comerciales, limpieza de cauces y ríos, visitas guiadas a la Catedral Santa María, Servicio Foral de Urgencias Sociales de la Diputación de Foral de Gipuzkoa, atención a dependencia , formación…. Todo ello con el soporte desde nuestras once oficinas y diferentes almacenes.
Siendo como es su tamaño empresarial notable, ¿las consecuencias de la pandemia están siendo menores?
La diversificación ha hecho posible que hayamos mantenido gran parte del negocio y que las consecuencias no hayan sido tan negativas como se creía inicialmente. Durante los primeros meses de la pandemia, mientras algunos de nuestros clientes cerraban y otros mantenían únicamente la seguridad de sus edificios, otros, por ejemplo, del sector hospitalario o de la agroalimentación incrementaron su actividad. Las actividades menos afectadas y que ya hoy conocemos como actividades esenciales han sido la limpieza y la seguridad y en nuestro caso también las relacionadas con el medio ambiente.
¿Y las más afectadas?
Todo lo relacionado con servicios educativos, que se suspendieron desde el inicio de la pandemia, así como los culturales y deportivos y los servicios generales a grandes oficinas que poco a poco se van retomando. En el caso del trabajo temporal también se ha visto muy afectado desde el primer momento y con una recuperación lenta.
A pesar de todo el contexto, ¿se puede ser optimista?
Revisando unos papeles la semana pasada, encontré una ponencia con la que participé en un acto en CEBEK en julio del pasado año y en la que hacía reflexiones sobre la situación que estábamos viviendo en aquellos tiempos. El resumen era algo así como que “Hay que perder el miedo, pero no el respeto. Y continuar”. Sigo pensando lo mismo. Es algo nuevo, que ninguna empresa teníamos identificado como riesgo, y que tenemos que convivir con ello. Los entornos cambian cada vez más rápido, nuestros clientes también y en nosotros está el adaptarnos lo más rápido posible al entorno y a los clientes. A modo de ejemplo, durante este último año hemos trabajado en 68 nuevos diseños de servicios y gestionado hasta 132 proyectos.
¿A un Grupo como Eulen para qué cree que le está sirviendo esta crisis?
Para varias y variadas cosas. Nos ha servido, por ejemplo, para descubrir el significado del “orgullo de pertenencia”. También para saber que todo el personal que formamos esta empresa ha respondido satisfactoriamente, lo cual nos ha permitido comprobar el gran equipo que hemos creado juntos y que ha estado a la altura en estos meses tan complicados. Y debido a la importancia de los servicios esenciales, hemos sido dinamizadores del empleo y creo que hemos jugado un papel importante con el resto de actores de la sociedad para salir juntos de esta situación y afrontarla los próximos meses de la mejor manera posible.
Vía SPRI