Jon Uriarte, fundador en su día de la exitosa Ticketbis, comanda en estos momentos All Iron Group, un grupo empresarial con sede en Bilbao e intereses diversos como startups y oportunidades inmobiliarias.
Jon Uriarte es uno de los emprendedores vascos más activos y de mayor éxito de los últimos años. Un protagonista que bien podría encajar en ese contexto de emprendizaje con mayúsculas, inquieto, ambicioso y con una privilegiada visión que después de protagonizar en 2016 la campanada de Ticketbits al venderla a un ‘gigante’ como eBAY, se dedica ahora a ayudar a otros emprendedores a cumplir sus sueños al ritmo del mismo “all iron” que los mineros británicos llegados a Bilbao en el siglo XIX cantaban cuando hallaban una veta de hierro puro… Uriarte es cofundador junto a Ander Michelena de All Iron Group, un paraguas empresarial con sede en Bilbao e intereses diversos, destacando quizá por encima de todos ellos su relación con las startups de alto componente innovador, un ámbito que forma parte de su ADN y donde cuenta en estos momentos con una cartera 40 empresas participadas entre las que se sitúan algunas muy conocidas en el Estado como la bilbaína Lookiero y otras como Jeff, Lingokids, Seedtag o Spotahome, así como varias en Europa, EEUU y Latinoamérica.
De modo que “alirón” como sinónimo de alegría, de éxito empresarial…
Sí, por supuesto, no solo eso sino también como una forma de ver las cosas, de que se pueden montar cosas importantes e interesantes, proyectos empresariales potentes desde una ciudad supuestamente pequeña aunque sea la capital del mundo como Bilbao (risas)…
Son ustedes ejemplo de que se pueden hacer cosas grandes sin perder el foco local…
Bueno, todavía no hemos empatado con nadie pero es lo que estamos intentando. El anterior proyecto que lanzamos (Ticketbis) fue muy bien. Empezamos desde aquí, desde Bilbao, mi socio Ander Michelena y yo y acabamos desarrollando operaciones en 48 países con 500 personas trabajando para este proyecto repartidas por todo el mundo. De modo que las cosas nos fueron bien, lo cual demuestra que se puede montar un gran proyecto sin necesidad de ir a enclaves icónicos como San Francisco, Londres o Tokio.
En las actuales circunstancias de incertidumbre y volatilidad, ¿es preferible invertir en proyectos de startups que en acciones de banca o del sector energético?
Es una pregunta bastante complicada y no me atrevo a dar consejos de Bolsa pero creo que son cosas diferentes aunque complementarias. Lo que sí diría es que invertir es una tarea muy complicada y siempre es mejor hacerlo de la mano de alguien que te reporte confianza, que controle del tema y, por supuesto, que te vaya a cobrar unas comisiones justas. En lo que a inversiones en startups se refiere, es cierto que están muy de moda y que mucha gente quiere entrar e invertir pero el riesgo es altísimo. Apostar una parte importante de tu patrimonio en algo así yo creo que sería una locura, sin embargo siempre hay alternativas para hacerlo de la mano de gente que esté profesionalizada y reduzca los riesgos.
¿Qué debe reunir un proyecto empresarial para seducir a inversores como ustedes?
Por lo general no estamos invirtiendo en proyectos que son una idea sino en propuestas que ya están en una fase más avanzada, digamos que cuando el producto o servicio ya ha salido al mercado y se ha visto que funciona, aunque la empresa sea muy joven. Buscamos eso, producto o servicio testado, con una capacidad de desarrollo importante y un mercado potencial grande, pero sobre todo que esté formado por un equipo con mucha capacidad para sacar adelante el proyecto donde realmente quiere llegar.
Y una vez que se toma la decisión de participar en una startup, ¿con qué motivaciones lo hacen?
Con vocación de permanencia pero con un horizonte final, es decir, nosotros lo que hacemos es canalizar el dinero de inversor que quiere entrar en una startup a través de un vehículo. Lógicamente los inversores lo que buscan es recuperar su inversión y por tanto nosotros entramos en las empresas, las ayudamos a desarrollarse y en el plazo aproximado de unos siete o diez años nuestra idea es salirnos de esa empresa. Es decir, no vamos pensando en especular, en entrar y un año después salir dando un pelotazo, que eso encima es casi imposible. Entramos a formar parte de proyectos de futuro para generar y aportar valor a las compañías para que se conviertan en grandes proyectos.
La antítesis del pelotazo…
No me gusta esa palabra y no me gusta en mi caso cuando en su día la asociaron a Ticketbis como paradigma de esto mismo, de que habíamos montado algo de la nada, que habíamos tenido suerte y que la habíamos vendido por una cantidad muy importante, cuando en realidad estaba toda nuestra vida profesional y parte de nuestra vida personal dedicada a este proyecto durante más de siete años en cuerpo y alma. Cuando vendes algo después de todo el esfuerzo que te ha costado levantarlo no puede ser un pelotazo.
Hay emprendedores, y usted es uno de ellos, que cuando ponen en marcha un proyecto lo hacen por pura necesidad, por lo que os “remueve por dentro”… ¿A qué te refieres?
No es fácil de explicar. En mi caso quizá se refiera a que me resulta muy complicado no dar rienda suelta y lanzar, o por lo menos intentarlo, los muchos proyectos que se me suelen ocurrir. Es algo que personalmente tengo dentro y que afloró cuando estaba en la universidad. Hay ciertas personas que tenemos algo así, personas que necesitamos sacarlo como sea un proyecto u otro porque si no nos carcome por dentro…
¿Cómo se supera el miedo a emprender y los manidos “esques” y “y sis…”?
Es una pregunta muy complicada, muy difícil, por cuanto yo mismo tuve muchísimos miedos antes de emprender. Desde la universidad tenía esas ansias y esa vocación emprendedora pero tardé unos ocho años en lanzarme al ruedo. Al final se trata de una decisión que cuesta muchísimo y que tiene muchos factores que influyen en ella, la mayor parte personales, lo que hace que antes de lanzarte al vacío sean muchos los miedos y dudas que surjan. Como decía, en mi caso siempre quise ser emprendedor, pero mis padres me lo quitaban una y otra vez de la cabeza,. Hasta que en 2005 dejé un puesto sólido en Morgan Stanley en Londres y lanzamos Ticketbites…
Cuando la actual crisis amaine y la contemplemos con cierta perspectiva, ¿qué lección crees que deberemos haber aprendido?
Creo que nos vamos a dar cuenta de que somos mucho más fuertes de lo que pensábamos.
Vía SPRI