Una cooperativa vasca fabrica cerca de la mitad de los focos radiantes de vitrocerámicas del mundo

Eika es un ejemplo de empresa local que ha apostado por la internacionalización y la innovación tecnológica sin perder su visión social. Nacida en la década de los 70 por la urgencia de generar nuevos puestos de trabajo en una zona poco industrializada y evitar la fuga de jóvenes, la compañía de componentes generadores de calor eléctrico  actualmente  cuenta con 1.100 empleados entre su sede de Etxebarria (520) y sus filiales en Chequia (90),  México (370) y Polonia (120). 

La cooperativa, que forma parte de la Corporación Mondragón desde 1991, se lanzó al mercado internacional en el año 2000 con la apertura de su primera filial a nivel global en la Republica Checa. A esta le siguieron otras dos, una en México en el año 2004, con el objetivo de abrirse al mercado estadounidense y otra en Polonia en el 2006. Desde la cooperativa matizan que “es importante tener siempre presente que nuestras plantas externas son implantaciones y no deslocalizaciones; no salimos al exterior para conseguir unos costos más bajos en la fabricación de nuestros productos, sino para estar presentes en mercados lejanos, hasta donde nuestros productos, fabricados en Etxebarria, tendrían muchas dificultades para viajar”, explica Iñigo Arrieta, presidente del consejo rector de Eika.  

Esta evolución ha permitido a la compañía vizcaína integrar nuevos productos vinculados con su especialidad como los interfaces eléctricos, resistencias eléctricas o termostatos eléctricos, y otros vinculados a nuevas líneas de negocio como el ultra-aislamiento térmico de marca Isoleika.  De esta forma ha conseguido una cuota mundial “significativa”, competir con “grandes empresas multinacionales” superando su propia capacidad de desarrollo y alcanzar la fabricación del foco radiante para vitrocerámica número 200 millones. “La fabricación de estos elementos de generación de calor eléctrico comenzó en el año 1995, y hoy en día podemos decir que cerca de la mitad de los elementos que se encuentran instalados en el mundo han sido fabricados por Eika. De hecho, esos 200 millones de focos radiantes, puestos en fila, darían la vuelta al mundo“, añade Arrieta.  

Además de invertir en el desarrollo empresarial Eika da “gran importancia” a la inversión en el plano social. “El principal objetivo de la empresa ha sido desde sus inicios el de generar empleo femenino industrial de calidad y sostenible en la comarca, y actualmente contamos con más del 50% de mujeres en la plantilla, y, por supuesto, pretendemos conservarla en el futuro”, recalcan desde la cooperativa.  

Automatización conservando empleo 

Eika ha sido históricamente una empresa basada en el ensamblaje de componentes generadores de calor eléctrico. Sin embargo, “la necesidad de ganar en competitividad” ha llevado a la compañía a una mayor integración de esos componentes que originalmente  eran comprados en proveedores externos.  Todo ello, “gracias a la incorporación de diversas tecnologías que han contribuido a un incremento del conocimiento y a la generación de trabajo de personal cualificado”, apunta el presidente del consejo rector.  

Arrieta subraya que “estas integraciones, junto con un incremento constante de la cuota mundial, contribuyen al mantenimiento de puestos de trabajo sostenibles en Etxebarria, pues en los últimos 15 años, y a pesar de la continua automatización de los procesos, la plantilla se ha mantenido por encima de las 500 personas”.  

Dentro de las tecnologías integradas en los últimos años se encuentran la fabricación de materiales aislantes a partir de áridos, generación de cintas conductoras o el prensado y sinterización de cerámicas técnicas. La cooperativa pretende continuar invirtiendo en I+D, y es que, según Arrieta, “la apuesta por el I+D es necesaria para el mantenimiento de la competitividad y seguiremos en esa dirección orientando la inversión hacia el desarrollo de nuevas formas de producción y de nuevos productos de nuestra área de influencia, sin descartar incursiones en áreas colindantes”. 

El impulso de proyectos internacionales de las empresas vascas es uno de los objetivos que persigue el Grupo SPRI, que a través de Basque Trade and Investment, la Agencia Vasca de Internacionalización, integra en una ventanilla única todos sus recursos y apoyos, fruto del conocimiento de los distintos sectores y de los países. 

Vía SPRI