Esta joven compañía, ubicada en Vitoria, ha logrado mejorar el funcionamiento de 30 proyectos emprendedores. Su singularidad es que logra inversiones para el emprendimiento en un programa intensivo de 10 semanas. / SPRI /
Ayudar a emprender. Es el objetivo de Metxa, una joven empresa surgida en 2015 y ubicada en Vitoria, que ya ha logrado mejorar el funcionamiento de 30 startups, con datos que avalan su éxito: el 90% de estos nuevos proyectos ha sobrevivido y el 74% ha logrado financiación de inversores. Unos porcentajes significativos en el difícil mundo del emprendimiento, en el que el Gobierno vasco impulsa desde hace varios años a través de su programa Up! Euskadi.
Metxa funciona sobre dos patas, como explican el CEO de la empresa, Josetxu Silgo, y la socia Laura Unzueta. “Por un lado, gestionamos fondos de inversión en los que se han invertido 800.000 euros. Y la otra pata es acelerar proyectos de personas emprendedoras en sus primeros años de vida: cada emprendedora y emprendedor nos plantea un reto y le diseñamos una especie de entrenamiento durante 10 semanas y exclusivamente online”. El siguiente paso es realizar un seguimiento del proyecto durante seis meses.
Es la única aceleradora en España que trabaja online. También se diferencia de las incubadoras públicas en que se trata de un programa más intensivo. “Y ofrecemos inversión, que es lo que suelen buscar las personas emprendedoras. Las incubadoras cogen a las startups en fases más iniciales, nosotros generalmente solemos trabajar en proyectos más cercanos al mercado”, señalan Silgo y Unzueta.
En esos tres años, Metxa ha invertido en ocho proyectos emprendedores, casi todos de Euskadi, como Osoigo (plataforma para conectar políticos con ciudadanos), Hunters of Magic (videojuegos) o Dog Vivant (market place para contactar a usuarios con perros con establecimientos hoteleros). La inversión suele ser una media de 75.000 euros por proyecto y se canaliza a través de la sociedad Metxa Inversiones, en las que están las fundadoras de la empresa y una decena de inversores más. Entre ellos, el Gobierno vasco, que entró en 2018 a través de la sociedad Capital Riesgo, con 100.000 euros. “Es más sencillo para el emprendedor, que tiene un socio y no diez diferentes”.
Los requisitos para que inviertan son que sean proyectos escalables, innovadores, con un emprendedor dedicado de manera completa, “que haya generados sus primeros clientes y no hace falta que sean rentables cuando entramos”.
“Intensidad en el emprendedor”
El negocio de Metxa se limita ahora a la prestación de servicios a las startups “y los posibles retornos de esas inversiones que hacemos, pero esto a largo plazo, seis o siete años como mínimo”. Las startups que les piden asesoramiento buscan llegar al mercado, crecer en ventas o atraer inversión. “Trabajamos en solucionar lo que más les duele. Igual tienen un producto que no está bien diseñado para el mercado”.
Defienden su sistema intensivo de aceleración durante 10 semanas “porque genera intensidad en el emprendedor y no se desenfoca el objetivo. Están obligados a hacer trabajos diarios”.
Metxa acepta, para su programa, todo tipo de startups, lo que le diferencia a otros proyectos similares más centrados en empresas tecnológicas. “Trabajamos con emprendedores de marcas de ropa o de zapatos. Si es verdad que las de componente tecnológico o internet, crecen más rápido”.
Entre las muestras de su trabajo, están el caso de Fingerink, que se dedica a firma digital. “Conectaron con nosotros para que el proyecto atrajera inversión y han conseguido sus primeros clientes”; Papous, el servicio de comida a domicilio para oficinas, “con los que trabajamos aumentar su facturación. En las diez semanas, multiplicaron por tres los ingresos”; o Feel my way es un proyecto promovido por unas chicas de la Universidad de Mondragón que está especializado en viajes por Europa y USA para jóvenes, donde la experiencia es mucho más que conocer un sitio: proponen todo tipo de dinámicas que promueven la integración y la superación personal en entornos nuevos. “Son proyectos que cogemos cuando vemos que el emprendedor es creativo, luchador, con espíritu de trabajo en equipo”.
La otra característica diferenciadora, un servicio exclusivo on line “que aunque aquí no se ve está bien implantado en Estados Unidos”, posibilita trabajar con proyectos fuera de Euskadi. “Tenemos en Alicante, A Coruña, Salamanca y uno en Shangai, y ahora vamos a tener proyectos en México y Colombia”.
Silgo y Unzueta reconocer que su negocio, con cinco personas en la plantilla, convive con la incertidumbre. “Pero tener los inversores, aunque no dejen de ser inversiones de alto riesgo, te da seguridad”. Su objetivo futuro es disponer de una cartera de inversiones en startups diversificada, sumar nuevas y mantenerse como vehículo de inversión. Otro reto es generar en Euskadi un buen ecosistema de startups, “que ahora es muy joven. Las administraciones están haciendo un buen papel, como el programa BIND, pero falta que llegue a la cultura del inversor privado”. Creen necesaria una mentalidad emprendedora más generalizada en Euskadi y romper con el modelo de que “me pongo a emprender si no encuentro trabajo por cuenta ajena”.
Metxa, que realiza tres o cuatro programas intensivos al año, abrirá el siguiente en marzo. Para este año, su pretensión es acelerar 30 startups e invertir en una docena de proyectos emprendedores.