Ecoinnovación y soluciones tecnológicas para el medioambiente, Talantia

Talantia

La empresa compatibiliza proyectos de ingeniería y consultoría medioambiental – en los que se aplican soluciones convencionales- con otros que emplean nuevas tecnologías tanto de desarrollo propio como otras aún desconocidas en el mercado.

Una gran parte de la actividad de las empresas vascas integra actualmente criterios sostenibles como la ecoinnovación, el ecodiseño o la economía circular. En colaboración con el sector público, Euskadi dispone de un tejido industrial e innovador referente que camina hacia objetivos europeos como los marcados por el Green Deal o los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre ellos hay varios ejemplos de proyectos ecoinnovadores, como los que desarrolla la empresa Talantia 

Talantia, que tiene su sede social en Bilbao desde 2018, nació en 2017 como una tecnológica de medioambiente que promueve soluciones centradas en problemáticas como la contaminación de suelos, aguas subterráneas y aire, principalmente del sector industrial. “Ese principio fundacional se mantiene desde el inicio, compatibilizando los proyectos de ingeniería y consultoría medioambiental en los que se aplican soluciones tecnológicas convencionales con otros utilizando nuevas tecnologías, ya sean de desarrollo propio (realizadas típicamente en colaboración), como aplicando tecnologías probadas que todavía no son frecuentes o incluso conocidas en nuestros mercados”, cuenta Regina Rodríguez, socia de Talantia.  

Talantia impulsa proyectos ecoinnovadores como ARIS y ARIS II, orientados a avanzar en la aplicación de tecnologías innovadoras de detección de contaminación y saneamiento en suelos y aguas subterráneas contaminadas. Ambos han sido incluidos en una guía recientemente publicada por la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, Ihobe, sobre 105 proyectos vascos ecoinnovadores.  

“ARIS se ha enfocado principalmente a la aplicación de tecnologías rápidas de detección in situ de características del medio subterráneo y de la contaminación, que generan una gran cantidad de información en tiempo real, permitiendo la delimitación tridimensional de la contaminación del subsuelo, lo que permite abordar más eficazmente el saneamiento de estas afecciones”, explica Rodríguez. En una segunda fase de mejora de la calidad del suelo es donde entra el proyecto ARIS II, de aplicación de tecnologías de descontaminación “donde realmente es necesario, eliminando los contaminantes sin necesidad de excavación y gestión en vertedero, lo que redunda en una mayor eficiencia de las actuaciones y minimiza la generación de residuos”.   

Además de los dos recogidos en la guía publicada por Ihobe, Talantia también ha participado en SIDEPI, proyecto ecoinnovador orientado a la mejora de la calidad del aire en entornos industriales. “Ha consistido en la integración de sensores de medida en continuo, con un controlador que opera de forma automática un novedoso sistema de abatimiento de partículas en el caso de que se superen niveles preestablecidos”, explica Rodríguez. 

La exigente apuesta por la innovación

La innovación, entendida como cualquier cambio basado en el conocimiento que genera valor, “nunca es sencilla”, según Rodríguez. “Pero, frente a la comoditización creciente de las soluciones de ingeniería y consultoría medioambiental que estábamos observando, creímos -y seguimos creyendo- que había que hacer un esfuerzo tecnológico significativo para aportar las mejores soluciones a nuestros clientes y diferenciarnos en ese escenario”, afirma. A ese esfuerzo se le suma el compatibilizar esos proyectos, “en términos de dedicación y financiación, con los proyectos más operativos y comerciales, que son en definitiva los que permiten generar los recursos para el buen funcionamiento de la empresa”.   

“La incertidumbre de los proyectos más innovadores y su tiempo de materialización requiere tener fe en la estrategia definida y mucha persistencia en el día a día para mantener el rumbo”. Talantia, convencida de que ese es el camino para conseguir el reconocimiento del mercado y el éxito, tiene aún más proyectos en marcha. Rodríguez destaca, además de los mencionados ARIS y SIDEPI, uno relacionado con la aplicación de inteligencia artificial para la mejor comprensión de casos complejos de contaminación de aguas subterráneas.  

Consiste en una plataforma para la modelización y predicción del comportamiento de la contaminación por nitratos en acuíferos, “con excelentes resultados. La plataforma está basada en la aplicación de ‘machine learning’ a una gran cantidad de datos históricos relacionados con esa contaminación y las características hidrogeológicas y de usos del territorio. Y de la misma manera que se ha aplicado a nitratos se puede utilizar para entender mejor los casos complejos de cualquier otro contaminante de los que se tengan muchos datos históricos”.  

El Grupo SPRI es uno de los agentes que ponen en marcha la estrategia RIS 3 Euskadi para impulsar la especialización inteligente en los ámbitos de la energía, la fabricación avanzada, la biosalud y la nanociencia.

Vía SPRI