La red de mensajería, que emplea personas en riesgo de exclusión, está presente en 13 provincias.
Cada paquete enviado a través de Koiki no solo supone el ahorro de 0’43 kg de CO2, también contribuye a la inclusión social de colectivos vulnerables como personas con discapacidad o con dificultades para acceder al mercado laboral. La empresa funciona como proveedora de transporte centrada en la última milla y las personas repartidoras realizan siempre su trabajo andando, en bicicleta o en coches eléctricos, reduciendo así la contaminación en las zonas urbanas. Durante el confinamiento han seguido trabajando, dando respuesta a la creciente demanda de clientes particulares.
“Somos una red de microhubs sostenible y a conveniencia del usuario final”, explica Aitor Ojanguren, fundador de Koiki, “la proximidad de los microhubs permite que el destinatario elija el momento en que quiere que vayamos a entregar o recoger el paquete”. El modelo de negocio consiste en la creación de centros a nivel local, que se crean en colaboración con entidades sociales del entorno que trabajan con colectivos vulnerables. “Nos sentamos con ellos y hacemos un plan de viabilidad” afirma Ojanguren, “para las entidades es una línea de negocio que les permite generar nuevos ingresos y una forma de mejorar la empleabilidad de estas personas”. Desde su creación, en 2015, se han creado 40 microhubs en 13 provincias.
La empresa forma parte de los servicios esenciales, así que han seguido trabajando durante las semanas de cuarentena. Si bien los envíos para empresas han caído en picado en este tiempo, la paquetería a clientes particulares ha aumentado casi en un 100%, tal y como explica su fundador. “Durante los primeros días, muchos repartidores pararon a causa del miedo, pero luego hemos ido recuperando la actividad y no ha parado de crecer, siempre siguiendo las medidas de seguridad e higiene”.
La red de microhubs de Koiki emplea a 100 personas a tiempo parcial y durante 2019 se entregaron en torno a los 300.000 paquetes, lo que supone un ahorro de 15 toneladas de CO2. Además, han realizado formación laboral a más de 500 personas en situación vulnerable, mejorando así su empleabilidad.
Respecto a los planes de futuro, el objetivo principal de la empresa es seguir generando puestos de trabajo, ampliando su presencia hasta llegar a las 150 poblaciones de más de 50.000 habitantes a nivel estatal. “Si algo hemos visto estos días es que la ciudad tiene que cambiar”, afirma Aitor Ojanguren, “hay que dar más espacio al transporte sostenible y reducir los vehículos de reparto”. Con esa idea, Koiki quiere estar presente en los centros de las ciudades, apostando por zonas de bajas emisiones mediante su modelo de negocio social.
Vía: SPRI