Esta semana interesante webinar organizado por Euskalit e impartido por Juan Carlos Morla con el título “La gestión y mejora del proceso de innovación”, charla que sirve de presentación a su curso.
Para innovar hace falta algo más que bombillitas creativas en mentes lúcidas; es tarea de largo recorrido, que requiere de ganas, medios, participación y organización.
Como sociedad tenemos mucho espacio de mejora en este ámbito, a la vista de algunos datos que nos presentó Juan Carlos (ej. número de patentes) según los cuales ocupamos posiciones muy retrasadas en el ranking global.
Me pareció muy interesante la precisión de que toda mejora no implica una innovación. Mejoramos para innovar pero solo innovamos realmente cuando algo de lo que hemos hecho es valorado positivamente por las personas destinatarias de nuestra tarea, cuando nuestra acción genera diferenciación, selección de nuestra propuesta, disposición a pagar un precio superior y/o mayor satisfacción.
Tal vez hemos desdibujado el concepto “innovación”, aplicándolo a mejoras que no cumplen con los requisitos anteriores. En ocasiones, las mejoras buscan objetivos internos, relacionados con la racionalización de procesos, la comunicación interna o la productividad, acciones que, aparentemente, no tienen consecuencias directas para clientes y usuarios.
El propio Modelo de Gestión Avanzada, en el texto introductorio del elemento 5 “Innovación” no aclara esta cuestión, dejando abierta la posibilidad de que toda mejora sea entendida como una innovación. No es sencillo marcar los límites de los efectos externos de nuestras acciones. Una acción puntual tal vez no tenga ningún efecto, pero un conjunto de acciones continuadas en el tiempo redundará, muy probablemente, en nuestra imagen global. Es lo que el Modelo denomina como “innovación incremental”.
Independientemente de estas dudas, sí creo muy importante tener siempre presente el foco externo en todas nuestras acciones de mejora, algo que haremos de modo natural si clientes y usuarios son destinatarios directos de la acción, pero que también podemos hacer en caso contrario, cuando buscamos mejorar nuestra gestión interna. Con la digitalización, acelerada por la pandemia, se han generado muchos cambios en los procesos de relación con empresas y organizaciones administrativas que, en ocasiones, han generado más trabas y dificultades que ventajas.
Para tener presente el foco externo de un modo efectivo necesitamos relación, contacto personal que nos permita entender a las personas a las que se dirige el resultado de nuestra tarea. En ocasiones “suponemos” sus opiniones, imaginamos lo que estas personas experimentan y valoran sin verificarlo de modo personal. La innovación, además de recursos y gestión interna, requiere de un contacto personal continuo, alimentando y verificando nuestras decisiones en las diferentes fases del proceso innovador.
AUTOR: Germán Gómez