Expectativas Extranjeras

Autor: FONDAKI

Consideremos las oportunidades. Aunque alentadoras en algunos de los países que vienen a integrar el mundo árabe, lo cierto es que la tensiones socio-políticas y/o las perspectivas económicas en buena parte de ellos hace que la población observe el futuro con un notable grado de desdén. Al menos en lo que al porvenir en su tierra de nacimiento se refiere. Así lo corrobora un interesante sondeo realizado a 4.000 jóvenes de entre 18 y 24 años que viven en la región. Una muestra reducida pero que viene a corroborar una percepción asentada.

En este Arab Youth Survey 2020, elaborado bajo el patrocinio de la agencia dubaití ASDA’A BCW, se corroboran sensaciones. Unas nociones muy ligadas con la desafección, el hastío o la creciente incredulidad para con las escasas conciencias de cambio percibidas. Una edición más en la que los obstáculos políticos comúnmente evolucionados en metralla y los factores foráneos consumen las aspiraciones de unos adolescentes que ven en la huida la mejor de las salidas disponibles. Eso sí, la religión prima.

No está del todo claro, bien por negligencia estadista o bien por una nula documentación, el parecer de líderes como Khalifa Haftar, Abdel Fattah al-Sisi o Bashar al-Asad respecto a cúal serán los desafíos de su ciudadanía más joven. Figuradamente, sus iniciativas presentes son en servicio al bien común y la posteridad de unos países destruidos o desangrados. Menos nitidez, aunque una mucho mayor precisión, es la que existe en las posiciones de influencia de los gobernantes saudíes y emiratíes para con sus vecinos, léase Líbano, Yemen o Sudán.

Sin ser en absoluto incomprensible, entre todos los estados en los que se pregunta, en dos se constata una menor inclinación a emigrar por la situación interna, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. ¡El tercero en ese registro es Omán! No resultando para nada inesperado la no participación de los muchachos qataríes. Los autores dicen contar con los estados que en la actualidad forman parte del Consejo de Cooperación del Golfo, y… La inclusión, merecida si pretendemos una imagen plural, seguramente habría ‘enriquecido’ un poco más la visión.

El sondeo, parcial y muy geo-político por tanto, debería de condicionar asimismo el enfoque prospectivo de los dirigentes de la región, nada homogénea por cierto. Teniendo en cuenta las disparidades, aunque con el nexo bastante común que representan los hidrocarburos, las autoridades deben reconocer y aspirar a enmendar las áridas expectativas de la generación que previsiblemente tendrá que enfrentar el inmenso reto de la transformación económico-productiva nada sencilla y que puede ser proclive a acentuar las desigualdades.

Esta área, siempre obsesionada con y acostumbrada a cuadrar los presupuestos públicos en base al progreso del precio del barril de Brent, se topa con el faraónico cometido de tener que adaptar y re-pensar el modelo de supervivencia nacional. Un horizonte para el que hay lecturas múltiples y, según los jóvenes que han sido sonsacados, un referente evidente que es Emiratos Árabes Unidos. Un territorio que se presenta al mundo esquivando importantes contradicciones y aún debe dar muestras fiables de su viabilidad.

Dadas las precisas representaciones, asentadas, de las pirámides poblacionales en el grupo de países de la región, las sociedades que aparecen como destinos potenciales, valórese las europeas, harían bien en cuadrar adecuadamente las agendas de reformas en la zona. De su ‘aclimatación’, aceptación y generación de oportunidades dependen otros mañanas. A día de hoy, el desempleo en esa franja de edad es rampante y la existencia convulsa y muy frugal depende donde. Sirva este diagnóstico, con sus salvedades, para otras fronteras complejas.

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