Las 3 claves de la colaboración

Colaborar y saber trabajar juntos es esencial, y más en la situación de tensión generalizada actual, ¿pero de verdad sabemos hacerlo? Ya sea para una colaboración puntual por un proyecto, o a más largo plazo, crear inteligencia colectiva supera con creces el quedarnos con solo inteligencias individuales separadas. ¿Cómo lograrlo? Te presentamos 3 claves de colaboración.

La Linkedada 3.3. de la comunidad BBK Bizkaia network, trató del tema de la colaboración. Nos pareció muy interesante y algunos de los puntos y preguntas que salieron nos hicieron pensar que sería bueno darle una continuidad. Por eso te queremos presentar 3 claves para lograr trabajar en grupo. La colaboración está en todas las conversaciones pero pocos estamos realmente preparados para colaborar de forma efectiva, ¿Por qué?

EL ‘COCO-PATATA’ DE LA COLABORACIÓN EFECTIVA

Nos hizo especial gracia la expresión de la invitada Cova Orgaz hablando de ‘hacer uso del coco ajeno’ para colaborar. Nuestra especialidad es precisamente facilitar y acelerar la colaboración entre personas, y a la hora de explicar cosas nos gusta hablar de ‘coco-patata’.

Colaborar no es solo cuestión de trabajar juntos, ser colegas, o llevarse bien. Colaborar quiere decir tener las condiciones externas para hacerlo, saber cómo hacerlo de forma práctica (coco), y también implica tener ganas e implicarse emocionalmente, con confianza (patata).

Muchas veces nos olvidamos de esta última parte. Priorizamos las practicidades de la colaboración, lo cual está muy bien, pero es insuficiente para que la colaboración pueda funcionar a medio y largo plazo. Este aspecto surgió durante la conferencia, al mencionar la dificultad que hay en crear la confianza suficiente para colaborar y por la casi inexistente formación entorno a la colaboración.

3 CLAVES NECESARIAS PARA LA COLABORACIÓN

Por nuestra parte, trabajamos desde un prisma en 3 dimensiones, 3 claves de colaboración que consideramos absolutamente necesarias:

1. QUERER COLABORAR

Querer colaborar es primero tener un propósito común, y la base de toda colaboración es sin duda la confianza. En la Linkedada 3.3. se mencionó la importancia de tener tiempo para ir conociéndose. Ese tiempo es efectivamente crucial. A menudo queremos ir muy rápido en la fase inicial de la creación del equipo de trabajo, sin tomar el tiempo de conocernos bien, y es ahí donde la desconfianza puede surgir.

La confianza no viene dada, o muy escasas veces. Crearla requiere dejar que la otra persona entienda cómo funcionamos y cómo reaccionamos en situaciones buenas y, sobre todo, en situaciones de tensión. Tenemos que crear seguridad psicológica y sincronía emocional. Estos ingredientes demandan tiempo. Existen formas de acelerar el proceso como por ejemplo la Dinámica Tao, que crea un entorno para pasar tiempo de calidad, identificar los puntos en común y generar compromiso. Sea cual sea tu estrategia para construir tu grupo de colaboradores, tu equipo, o incluso tu comunidad, un condicionante esencial de éxito reside en conseguir crear tiempo de calidad donde poder intercambiar y conocerse de verdad.

Durante la charla se comentó también la necesidad de un liderazgo en el grupo. A falta de liderazgo jerárquico, lo ideal es hacer emerger un liderazgo resonante, es decir que la persona es influyente por su capacidad a inspirar a los demás.

2. SABER COLABORAR

Una vez estamos convencidos de que queremos colaborar, trabajar juntos, ¿Cómo lo hacemos de forma práctica?

Aquí también queda mucho por aprender. Como se comentó en la conferencia, existen muy pocas formaciones para aprender a colaborar. Y colaborar implica una larga lista de retos para las personas:

  • ¿Cómo transmitir mis ideas tal y como quiero/pienso?
  • ¿Cómo tomar decisiones con otra persona?
  • ¿Cómo gestionar los conflictos?
  • ¿Cómo ser equitativ@?
  • ¿Cómo aprender a escuchar?
  • ¿Cómo poner límites?
  • ¿Cómo hablar de cómo me siento?
  • ¿Cómo poner objetivos?
  • etc.

Cada uno de nosotros damos respuesta a estos retos haciendo como mejor sabemos o creemos saber.

Nuestro consejo es empezar poniendo mucho foco en aprender inteligencia emocional e inteligencia relacional. Para colaborar necesitamos saber comunicar. Comunicar nuestras necesidades, nuestro deseos, cosas importante, buenas o malas noticias etc.. Y aprender a hacerlo sin violencia y siendo asertiv@s, es decir, asegurando que el mensaje que envío refleja lo que pienso o siento, es fundamental. Es necesario aprender a ponerle nombre a lo que sentimos en una situación x, conocer nuestros valores, tener bien identificada nuestra base personal; ya que esto nos ayuda a comunicar con asertividad, a evitar malentendidos, suposiciones, etc. y a lograr mejores relaciones con los demás.

3. PODER COLABORAR

Poder colaborar quiere decir tener las estructuras, visibles o invisibles para poder hacerlo. Estas estructuras son edificios, procesos, hábitos de trabajo, rituales de equipo, etc..

En un grupo de colaboradores, en un equipo, la transparencia es una palanca muy fuerte de confianza. Es vital que los procesos que pongamos en marcha integren esta transparencia, permitiendo además que la información circule con fluidez. Esto nos permite cocrear una estructura ágil que ayude a maximizar la inteligencia colectiva, y en consecuencia, los resultados. Es muy recomendable también hacer un trabajo de definición de la visión, la misión, los valores y los objetivos a corto, medio y largo plazo del colectivo.

Existen modelos y metodologías, como por ejemplo la sociocracia, la Holacracia o la empresa liquida, que ayudan a crear estas estructuras y sirven de guía a la hora de juntarnos, de tomar decisiones, de repartir tareas o de hacer reuniones. Os invitamos a explorarlos, ¡son muy interesantes y a menudo sorprendentes! Queda mucho trabajo por hacer en este campo y son modelos muy evolutivos (y colaborativos).

En definitiva, la colaboración es todo un mundo, porque trata de personas, de sus deseos y de lo que les hace participar en proyectos. Trata de crear ecosistemas humanos viables. Tener en mente que necesitamos alimentar sus 3 dimensiones, el querer, el saber y el poder colaborar, nos permite tener una primera guía. Os invitamos a seguir explorando con nosotros y a experimentar.

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